2023-w1-3
No puedo dormir, tomar café en la noche no fue una gran idea.
Aun así estoy cómodo, quizás bastante. Hasta el momento ha sido una buena vida. He hecho prácticamente todo lo que he buscado. Tengo una pareja estable. Techo, comida, transporte. La posibilidad de hacer lo que amo. En general mi pirámide de necesidades de Maslow está relativamente llena. Quizás las áreas en que más me falta es en la de amistades y reconocimiento. Esas si bien se ayudan con un mejor ingreso, no necesariamente están conectadas.
También en lo económico, me falta un crecimiento para las nuevas necesidades. Rentar una casa ha sido bueno, aunque adquirir una suena razonable en esta etapa. He trabajado sobre cosas de los demás, lo que me ha llevado hasta donde estoy, aunque la posesión de cosas (tangibles e intangibles) es una parte importante de la vida.
Algo relevante es que las cosas no son para siempre. Es algo complejo aceptar que tienne caducidad. Las relaciones personales, las cosas que nos dan placer, los momentos. Por lo tanto estamos todo el tiempo en duelo por lo que se va. Y aceptar todo ello es parte de la vida. Aprovechar el momento, vivir al máximo potencial, en justa medida, sin la ansiedad del futuro, sin vivir en el pasado, sino usándolos para el beneficio del presente, es clave. Esto es, montarse sobre los hombros del pasado, en vez de despreciar lo o ignorarlo, como lo he hecho. Y si estar constantemente esperando un futuro mejor que no sabemos cómo llegará, sino construyendo hoy esos escalones que nos acercarán.
Suena romántico aunque a veces tengo dudas de como lograrlo.
Siento que me faltan nuevos objetivos para no quedarme en la comodidad actual. Implicará romperme a mi mismo como ya lo he hecho. 2022 fue un año para cargar energías, liberar lastres y frenos mentales. Siento que ya es momento para volver a intentar, reenfocarme, alcanzar nuevas metas que me hagan "temblar las piernas" pero que me apasionen. También de cosechar lo aprendido la momento. Esa mezcla entre seguridad y riesgo, o como dirían, tomar riesgos calculados acordes al momento.
Aun hay mucho por lograr. Retomo algunas visiones que en 2010, cuando inicié mi vida profesional, se veían posibles aunque nebulosas. La educación y el entretenimiento.
Sobre la educación, sigue siendo algo noble. Hay una industria establecida, aunque también hay cosas que no me gustan. Que sea obligatoria la hace menos valiosa, a que si fuera voluntaria. Que sea utilitaria la hace fría. Hace que esa satisfacción intelectual sea más difícil de alcanzar. Aunque su misma característica industrial, la hace más sostenible.
Algo que tenía dormido era la acción de escribir un libro. Había mil escusas. Hoy que encontré la forma en la que soy más bueno, que es enseñando, he vivido que el deseo e ilusión de hacerlo, es muy diferente a realmente hacerlo. Y eso está bien. Es luchar contra el perfeccionismo y el romanticismo. Con suficiente esfuerzo, posiblemente mucho en este momento, podré escribir el primer libro pequeño. Y eso me dirá si disfruto tanto el proceso que haré más.
Esa barrera que tanto hablo y que tanto cuesta vivir, se dará. Entre ir viviendo tanto un hobbie que se haya transformando a una profesión. Como un niño patea una pelota antes de convertirse en deportista. Un músico no puede dejar de tocar y cantar. Un programador no puede dejar de programar o una ilustradora no puede dejar de dibujar. Luego pasa por ese duelo de no hacerlo por pasatiempo, sino por dinero, para satisfacer las necesidades de alguien más. Eso es parte de la educación, ayudar a que otra persona sea mejor.
En tema de entretenimiento, ha sido más complicado. Llevo 7 años intentándolo, quizás sin las mejores bases, posiblemente no en el lugar propicio, y eso ha hecho que me desanime y me haga dudar. No soy un artista que hago las cosas por amor al arte. Tampoco soy un vendedor que busca el máximo beneficio económico. Soy mas un diseñador que busca solucionar problemas. Cada vez me identificó más con esto, me he encontrado más cerca de esta posición en la sociedad. Si bien el trabajo no es todo, es una parte relevante de encajar en la sociedad y siento que está parte me está haciendo falta en este momento. Esa conexión emocional que da el trabajo, como una necesidad para la plenitud humana. Desafortunadamente la inestabilidad de las profesiones del entretenimiento lo hacen pesado. Como menciona mi artículo preferido sobre el tema "Éxito mínimo sostenible", no he tenido sostenibilidad que mantenga mi estilo de vida y mis relaciones personales han sufrido. Una de las soluciones es buscar actividades relacionadas. Por ejemplo el programador de "A Dark Room", uno de los juegos minimalistas más exitosos, ya no hace juegos, sino motores de juegos. Explica que un juego independiente difícilmente dará un nivel de vida competitivo, lo que lo hace más una aventura. Yo que de cierta manera viví la aventura, de ir a una ciudad con mejor entorno, viviendo intensamente los procesos, ya viene una etapa de intercambiar esa emoción riesgosa, por manejar los riesgos haciendo algo que lleve a ese éxito mínimo bajo mis términos. Mínimo no se refiere a tirar a lo bajo, sino al menos lograr algo, para que se pueda sostener por muchos años.
Uno de ellos es un desafío sostenible. Ya vi que el exceso de estrés daña mi salud, aunque también el exceso de comodidad. Debo estar activo, desafiado, pero no en exceso. Encontrar ese punto ha sido curioso, aunque satisfactorio. En diciembre 2022 empecé a romper levemente ese límite y me ayudó a definir que tanto en cada etapa.
Sobre lo económico, debo buscar crecimiento por muchas razones. La más importante es que recursos llama recursos. El publico, los colaboradores, los medios, quieren rodearse de personas exitosas. Incluso hay eventos que reconocen el fracaso, aunque sólo cuando preceden a un éxito. Quedarse solo en el fracaso y rendirse es informático, aunque no inspira. Por ello la sostebivlidad económica es tan importante. Y aún mejor, la auto sostenibilidad, que da viabilidad, o incluso dicho de forma más complicada, da validación. Por ahí dicen que no debemos buscar validación de los demás, aunque en la mente de un diseñador buscando soluciones, es necesario que esas soluciones ayuden a alguien. Y si es con un beneficio económico, pues mejor.
Una de las reflexiones del 2022 ha sido aprender a jugar los juegos de la vida. El mundo existía antes de nacer, y es demasiado grande incluso las personas y organizaciones más poderosas tienen un pequeño impacto en la complejidad social y personal. Es frecuente sentirse insignificante, que nuestra vida impactará poco. Que un día es nada. Y eso sólo es cierto en parte. Es que estamos abrumados por el tamaño de mundo, aunque estamos viendo al lado equivocado. Sería mejor dominar a nuestros sesgos perfeccuonistas, idealistas y cínicos, enfocándonos en todo lo que si podemos hacer. Sorprendemos del milagro de la vida. De que hay un mundo de impacto y que realmente tenemos control sobre el entorno. Aceptar nuestro tamaño actual pero enfocarnos en ser mejores cada día. Tener una mentalidad de crecimiento continuo. Ser más que consumidores y convertirnos en creadores y transformadores, como estilo de vida.
Algo que me gusta mucho de las filosofías orientales, y que menciono todo el tiempo, es que en general son longevos. No es raro ver que viven más de 80 años. Mis familiares normalmente viven con buena calidad más de 80 años, por lo que estadísticamenre me quedan más de 50 años, y al menos otros 30 años de buena vida profesional, si sido los ejemplos de mis sanguíneos.
¡Es toda una vida! Queda un montón por hacer, por aprender, por dar, y como no, por regalos a recibir.
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EOT
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